Partimos de la base de que la Fibrosis Quística es, hoy por hoy, una enfermedad sin tratamiento curativo. Los tratamientos que actualmente se aplican se destinan a paliar los efectos de la afección y a lograr una mejora integral de la salud de la persona con FQ. Paralelamente se desarrollan investigaciones que mejoran estos tratamientos o desarrollan nuevas técnicas.
Partiendo de esta base, se considera que el tratamiento en FQ consta de 4 pilares fundamentales:
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Antibioterapia
- Tratamientos antibióticos por vía oral, intravenosos o inhalados.
- Enzimas pancreáticas en cada comida, administradas por vía oral en forma de cápsulas.
- En los casos en los que se desarrolla diabetes, el tratamiento propio de esta enfermedad.
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Fisioterapia respiratoria
- Ejercicios de fisioterapia respiratoria. Precedidos de la inhalación de distintos medicamentos para que se la fluidifique la mucosidad.
- Es aconsejable la realización de algún ejercicio físico que ayude a mejorar la capacidad pulmonar.
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Nutrición adecuada
- Complementos vitamínicos.
- Complementos calóricos, además de una dieta adecuada.
- Tomar bebidas isotónicas para prevenir la deshidratación.
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Ejercicio Físico
La FQ es una enfermedad compleja y multisistémica; por ello su tratamiento es también complejo, pues ha de incidir sobre cada uno de los aspectos en que la enfermedad se ponga de manifiesto en cada persona.
La experiencia demuestra que la persona con FQ debe recibir una atención integral, idealmente en Unidades de Fibrosis Quística especializadas con experiencia en numerosos casos. También está demostrado que el tratamiento temprano favorece a una mejor calidad y esperanza de vida. Al mismo tiempo, ha de ser revisado periódicamente, debiendo realizarse controles de capacidad pulmonar, balances de grasa, cultivos…
El tratamiento requiere de una constancia y disciplina que ocupa gran cantidad de tiempo del día. Por ello, la persona con FQ y sus familiares frecuentemente adaptan sus esfuerzos, horarios y ritmos al que marca el tratamiento.